Refranes populares puertorriqueños - Refranes y dichos populares en español

Estos son algunos de los mejores refranes populares puertorriqueños.

Al que madruga, Dios lo ayuda.
Alábate, pollo, que mañana te guisan.
Aguanta la lancha que voy pa’ Cataño.
Al vivo todo le falta y al muerto todo le sobra.
Allá ellos que son blancos y se entienden.
Antes que te cases, mira lo que haces.
Al buen entendedor con pocas palabras bastan.
Aprende a vivir de momentos, porque de recuerdos nadie vive.
A caballo regalao, no se le mira el colmillo.
Acompáñate con los buenos y serás uno de ellos.
A cada lechón le llega su Nochebuena.
Aunque la mona se vista se seda, mona se queda.
Allá Marta con sus pollos.
Al pobre el sol se lo come.
A quien Dios no le dio hijos, el diablo le dio sobrinos.
Amor, viento y ventura pronto se mudan.
A cada santo le llega su hora.
Así como siembras, cosechas.
A cualquiera se le muere un tío.
A volar que el sol cambea.
Al son que le toquen bailan.
Amor con amor se paga.
Aquí paz y en el cielo gloria.
A ver si es verdad que el gas pela.
A nadie le amarga un dulce.
Barriga llena, corazón contento.
Barco grande, ande o no ande.
Buen amor y buena muerte, no hay mejor suerte.
Bailamos todos o rompemos la vitrola.
Como quiera que me ponga, tengo que llorar.
Cuentas claras conservan amistades.
Cría fama y acuéstate a dormir.
Cada guaraguao tiene su pitirre.
Cada cual siente sus males, y Dios los de todos.
Cochino fiado, buen invierno y mal verano.
Casa de herrero cuchillo de palo.
Cada oveja con su pareja.
Can que mucho lame, saca sangre.
Como San Blas , que come y se va.
Cuando el río suena es porque agua trae.
Cuando fuiste martillo no tuviste clemencia, ahora que eres yunque, ten paciencia.
Cría cuervos y te sacarán los ojos.
Cuando el hombre es celoso, molesta; cuando no lo es, irrita.
Cuando no hay solomo, de todo como.
Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.
Chúpate esa en lo que te mondo la otra.
Donde manda capitán no manda marinero.
Del árbol caído todos quieren hacer leña.
De la boca de los niños se oye la verdad.
Dime de qué presumes y te diré de lo que careces.
De ese infierno no salen chispas.
Del agua fría, el gato escaldado huye.
Desde que se inventaron las excusas, nadie quiere ser culpable.
De cualquier maya, sale un ratón.
De tal palo tal astilla.
Donde reina la mujer el diablo es primer ministro.
Después del relámpago viene el trueno.ç
Dos errores no hacen un acierto.
Dios los cría y ellos se juntan.
Dale, Juana, con el culo al cesto.
Dos jueyes machos no caben en la misma cueva.
Dime con quien andas y te diré quién eres.
Dar el ala para comerse la pechuga.
Donde comen dos, comen tres.
Da lo mismo Chana o Feliciana.
De la esperanza vive el cautivo.
Dando y dando, pajaritos volando.
El que juega con fuego se quema.
El que escarba yaguas viejas, siempre encuentra cucarachas.
El que da lo que tiene, a pedir se atiene.
El madrugador atrapa al gusano.
En vida de matrimonio, ni soso ni salado.
Entran como criados y quieren salir por amos.
El que no llora, no mama.
El que la sigue, la consigue.
El camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.
El que no tiene hecha, no tiene sospecha.
El pudor de la doncella la hace parecer más bella.
El dinero llama al dinero.
En tiempo de guerra, cualquier hoyo es trinchera.
El que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe a gloria.
El que quiera pescao, que se moje las nalgas.
En guerra avisá, no muere gente.
El que no aprende es porque no quiere.
El mono sabe el palo que trepa.
El que guarda, siempre encuentra.
El que se come la carne, que se coma el hueso.
Eres como el yagrumo, que tiene dos caras.
El que tiene padrino se bautiza.
El que espera, le dan, y no cosa buena.
El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija.
El amor entra por la cocina.
El que hace un cesto, hace un ciento.
El que siembra espinas, que no espere cosechar flores.
El que se mete a loro debe saber dar la pata.
Es mejor dar que recibir.
El que carece de ideas hace suyas las ajenas.
El que se viste de ajeno, en la calle lo desnudan.
El que tenga tienda, que la atienda.
El que presta, no mejora.
El que mucho promete, poco cumple.
Entre flores nos reciben y entre ellas nos despiden.
El que se brinda, se sobra.
En mi hambre mando yo.
El que mucho abarca, poco aprieta.
El que se acuesta con niños, amanece orinao.
El hábito no hace al monje, pero lo distingue.
El arreglo en la persona muchos bienes proporciona.
El que no oye consejos, no llega a viejo.
El que tarde llega a la barca, remo tuerto no le falta.
El pez que busca anzuelo, busca su duelo.
El que tiene narices no manda a oler.
El que se pica, es porque ají come.
El infierno está lleno de buenas intenciones, y el cielo de buenas obras.
El vago trabaja doble.
El cerdo siempre busca el fango.
El que se va pa’ Aguadilla pierde su silla.
En boca cerrada no entran moscas.
El que no quiere caldo recibe tres tazas.
El pez muere por la boca.
En los ojos del patrón verás siempre la ambición.
El que juega por necesidad, pierde por obligación.
Ese da más vueltas que un puerco suelto.
El muerto a la huesa y el vivo a la mesa.
Guerra avisada no mata soldado; y si lo mata, es por descuidado.
Guarda bien lo tuyo y no harás ladrón a ninguno.
Hombre casado, burro domado.
Hierba mala nunca muere.
Hay quien se acuesta con las vacas y se levanta con los toros.
Haz bien y no mires a quién.
Hay muchos caciques y pocos indios.
Hablando la gente se entiende.
Hijo eres, padre serás.
Hay que llevar los pantalones en su sitio.
Lo que no mata, engorda.
La necesidad es la madre de la invención.
Las mujeres hablan cuando las gallinas mean.
Lo que se da no se quita, porque el diablo te visita.
Los mendigos no pueden elegir.
Lo fácil se pierde ligero.
La hierba siempre es más verde al otro lado de la cerca.
Los muertos al cajón y los vivos al fiestón.
La mejor fraternidad es la desgracia.
La soga quiebra por lo más delgado.
Las muchachas bonitas son como el diablo: cuando más candela se les echa, más contento se pone.
La fiebre no está en la sábana.
La luz de alante es la que alumbra.
La verdad, aunque severa, es amiga verdadera.
Lo que bien se aprende nunca se olvida.
La letra con sangre entra.
La cuestión no es llegar, sino quedarse.
La calabaza se dice que es buena una sola vez.
La honestidad es la mejor política.
Lo que no pasa en cien años pasa en un día.
La juventud del viejo está en el bolsillo.
La memoria es como el mal amigo; cuando más falta te hace, te falla.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Más viejo es el viento y aún sopla.
Madre pía, daño cría.
Más vale estar solo que mal acompañado.
Mucho te quiero culo, pero no te puedo besar.
Más vale un por si acaso que un lo pensaré.
Más vale maña que fuerza.
Más vale poco y bien ganado que mucho y enlodado.
Más vale pálido una vez que ciento colorao.
Más vale pájaro en mano que cien volando.
Matrimonio y mortaja, del cielo bajan.
Mejor que digan que aquí corrió, que aquí murió.
Músico pagao no toca bien.
Madre solo hay una.
Más claro no canta un gallo.

Más refranes populares puertorriqueños

Nadie aprende por cabeza ajena.
No juzgues un libro por su portada.
Nadie sabe lo que hay en la olla, mas que la cuchara que la menea.
Nadie sabe pa’ quien trabaja.
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
No todo el que llora, de pena llora.
No todo lo negro es morcilla.
No dejes camino por vereda.
No por mucho madrugar amanece más temprano.
No eches más leña al fuego.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
No sirve ni para llevarle la puerca al barraco.
No menciones la soga en casa del ahorcado.
No hay peor cuña que la del mismo palo.
No tires piedras si tienes techo de cristal.
No es lo mismo llamar al diablo que verlo venir.
No pidas peras al olmo.
No hay rosa sin espinas.
No todo lo que brilla es oro.
No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.
No se hizo la miel para la boca del asno.
Nunca es tarde, si la dicha es buena.
Odia al pecado y compadece al pecador.
Obra empezada, medio acabada.
Ojos que te vieron ir, no te volverán a ver.
Ojo por ojo diente por diente.
Primero son mis dientes que mis parientes.
Probando es como se guisa.
Padre guardador, hijo derrochador, nieto pordiosero.
Por una teta no fue vaca.
Por las vísperas se sacan los días de fiesta.
Pueblo chiquito, campana grande.
Palo que nace doblao, jamás su tronco endereza.
Piensa el ladrón que todos son de su condición.
Palos todos los días no saben a palos.
Pleitos tengas y los ganes.
Pájaro viejo no entra en jaula.
Para un jíbaro, otro jíbaro; y para dos jíbaros, el diablo.
Por sacarse un ojo, se sacó los dos.
Por dinero baila el perro; y por pan, si se lo dan.
Perro viejo no aprende trucos nuevos.
Perfume bueno viene en frasco pequeño.
Quien adelante no mira, atrás se queda.
Quien siembra vientos, recoge tempestades.
Quien bien te quiere, te hará llorar.
Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro.
Quien no buscó amigos en la alegría, en la desgracia no los pida.
Quien se excusa, se acusa.
Quien más mira, menos ve.
Quien anda mal, acaba mal.
Quien escucha, su mal oye.
Respeta para que te respeten.
Rabijunco en tierra, tormenta en el mar.
Se cazan más moscas con miel que con vinagre.
Se toca con los ojos y se mira con las manos.
Si me suben la llama, se me inflama el quinqué.
Se metió a mono y perdió el rabo.
Salir de Guatemala a Guatepeor.
Si tienes pareja, o la atiendes o la dejas.
Sarna con gusto no pica.
Si no es Juan, es Pedro.
Se les da una uña y cogen hasta el codo.
Sarna con gusto no pica.
Se es en la plaza como uno es en la casa.
Se come para vivir, no se vive para comer.
Tanto nadar para morir en la orilla.
Todos los días se tira un tonto a la calle.
Todo en exceso, hace daño.
Tanto vestido, tanto volante y el puchero a la lumbre con dos guisantes.
Te conozco bacalao aunque vengas disfrazao.
Todo salto tiene riesgo.
Tanto está la gota en la piedra, hasta que le hace un hoyo.
Una manzana al día mantiene alejado al médico.
Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados.
Una manzana podrida daña el barril.
Un muerto apurao le sale a cualquierita.
Un muerto hablando de un ahorcao.
Vale más el rabo que el volantín.
Vale más un cobarde en casa, que un valiente en el cementerio.
Vayan las verdes por las maduras.
Vísteme despacio que voy aprisa.
Ya los pájaros le tiran a las escopetas.
Zapatero, a su zapato; y carpintero, a su madera.

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