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Refranes populares paraguayos

Estos son algunos de los mejores refranes populares paraguayos.

  • Adonde vaya voy completo, como el caracol, con mi casita.
  • Ando a las corridas, como perro con gusanos en la oreja.
  • «Con mucha paciencia», dice la que está casada con un viejo.
  • Casamiento de pobres y encuentro de perros, han de terminar en pelea.
  • Cuanto peor, más cercano están días mejores.
  • De suegra y letrina mantente lejos, siempre fastidian.
  • Donde hay una mujer hacendosa, hasta las cosas viejas vuelven a ser lustrosas.
  • El carnicero y el casado, de carne siempre andan saciados.
  • El pobre y la baraja vieja nunca están completos.
  • Es normal que el borracho y la sierra coman andando.
  • El gato y la casa del pobre no se queman por segunda vez.
  • El viento del oeste y la viuda no suelen prepararse en vano.
  • Esposa inteligente no tiene reemplazante.
  • El amor está en la olla.
  • El amor y el sol nos queman sin darnos cuenta.
  • Está lleno de curvas, como camino de lombriz.
  • El que no ama a la madre no sirve para ser esposo.
  • El rubio y el poncho rústico, hasta que se rompen son calientes.
  • El pombero, la canoa y la mujer no dejan rastros visibles.
  • El carnicero y el casado, de carne siempre andan saciados, aunque la que tengan sea fea.
  • El forastero y el perro callejero adondequiera que vayan están bien.
  • En las carreras de caballos y en el juego de naipes, solo cuentan las mañas.
  • Es normal que el amor cambie y las sombras muden.
  • El dinero nos trata mal, si tenemos porque tenemos, y si queremos porque queremos.
  • Hombre valiente y vela encendida deben permanecer erguidos toda la vida.
  • Hombre y toro cornudo solo golpes reciben.
  • Hasta el pájaro hace antes su nido, y luego pone huevos.
  • «Hasta a mí me gusta», dice aquel que quiere hacer casar a su hija.
  • Habla en vano, como panza del pobre.

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Refranes populares paraguayos

Más refranes populares paraguayos

  • Las penas de la mujer pagamos dos veces.
  • Lo que no conviene es lo que abunda.
  • La mujer bajita siempre es parlanchina.
  • Lo fastidioso no tiene horario.
  • La buena gente es querida en todas partes.
  • La mujer ni en Viernes Santo descansa, y su trabajo no vemos en la casa.
  • Los curiosos contra la pared, como las moscas.
  • La mujer sin hombre y la leña sin fuego no sirven para nada.
  • La mujer hasta el apellido pierde cuando se casa.
  • Los paraguayos, como los perros, suelen tener aguzado sentido de orientación.
  • La suerte y la piedra no las buscamos, solo con ellas tropezamos.
  • La necesidad te hace hábil.
  • Muchacha que barre mal, no tendrá buen marido, ni se casará.
  • Madre como ama a su hijo nadie no va a amar.
  • Morena y lechón, en el vientre de la madre ya tienen dueño.
  • No cuentes nada sin verlo bien.
  • No se nace con suerte, sino que se amanece.
  • Nunca debes prestar tu mujer ni tu guitarra.
  • No todo lo que decimos es cierto, ni todo lo que comemos es rico.
  • No existe mujer que te ame por mucho tiempo, si andas siempre sin dinero.
  • Nuestra madre no hay quien iguale.
  • Pereza termina en pobreza.
  • Por creerlo no hay embarazo, sino por encimarse.
  • Quien vive lejos seguro llega más temprano.
  • Quien habla mal de su hogar, se rebaja por sí solo.
  • Solo por el cocotero y el pobre caen rayos.
  • Suerte y pedo del que está durmiendo no se puede atajar.
  • Sin fuego el humo no se levanta.
  • Solo nosotros sabemos dónde nos aprietan nuestros zapatos.
  • Solo suenan las horas y no los años, como dijo el prisionero.
  • «Si no llueve, no gotea», dijo el que tenía la casa rota.
  • Tropezar de nuevo con la misma piedra, como dijo quien volvió a casarse.
  • Yo caliento la pava y otro toma el mate.

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