Refranes populares argentinos - Refranes y dichos populares en español

Estos son algunos de los mejores refranes populares argentinos.

A cada chancho le llega su San Martín.
A amor y fortuna, resistencia ninguna.
Agua que el río baja, arriba no ha de volver.
A este le dicen Zapata, si no la gana la empata.
Amor de vieja, celos y quejas.
A caballo regalado no se le miran los dientes.
A burro viejo, pasto tierno.
A pan duro, diente agudo.
A las tres neblinas, llueve.
A las palabras se las lleva el viento.
A la suerte hay que ayudarla.
Al arbolito, hay que enderezarlo desde chiquito.
A los locos hay que darles siempre la razón.
A asno lerdo, arriero loco.
Ausencia y olvido siempre van unidos.
A bebedor fino, tras la leche, vino.
A borracho o mujeriego no des a guardar dinero.
A bicho que no conozcas no le pises la cola.
Agarrá grande y andáte lejos.
A burro negro no le busques pelo blanco.
Al que no quiere caldo se le dan dos tazas.
A buena gana de bailar poco son es menester.
¡A papá mono con bananas verdes!
¿A vos quién te dio vela en este entierro?
A buenos ocios, malos negocios.
Al ave por el plumaje se le conoce.
A confesión de parte relevo de prueba.
Al buen amigo lo prueba el peligro.
Amigos y libros, pocos y buenos.
A veces hay que tragarse el sapo.
A Dios rogando y con el mazo dando.
A todo se acostumbra uno, menos a no comer.
A mala cama colchón de vino.
Aquel que más abarca es siempre el que aprieta menos.
A quien Dios quiere bien, la perra le pare lechones.
A donde el corazón se inclina, el pie camina.
Al que al cielo escupe en la cara le cae.
A la cabeza, el comer la endereza.
Amigos y libros, pocos y buenos.
Abundancia da arrogancia.
A la vejez, viruelas.
Alazán tostado, antes muerto que cansado.
Al mejor parador se le atraca el estribo.
Aguas tranquilas, hacen lanas de sapo.
Al ñudo son las tiradas cuando la taba es culera.
Al potro, dómelo otro.
Agua y yerba para el gaucho es riqueza.
Al pato se le conoce por la cagada.
A gato viejo, ratón tierno.
Árbol que crece torcido, ya nunca se lo endereza.
Amor pobre y leña verde arden cuando hay ocasión.
Animal acollarao, no engorda.
Amor y risa no dan para camisa.
Amor forastero se va ligero.
A la corta o a la larga no hay matrero que no caiga.
Asno de mucho, lobos lo comen.
A cada cual de Dios el frío como ande vestido.
Agua parada, contiene bichos.
Antes que te cases, mira lo que haces.
A asno lerdo, arriero loco.
Aprontá tu jagüel antes de la seca.
Alegrías de un pobre, son anuncios de un pesar.
A canas honradas no hay puertas cerradas.
A más dinero, más hambre de retenerlo.
Al que da y quita, se le cría una jorobita.
A grandes males remedios tales.
Amanecer criollo: puro mate.
A enemigo fallecido, perdón y olvido.
Al que anda con la cera algo se le pega.
Billetera mata galán.
Buena vida dura poco y mala vida menos.
Bicho que vuela va a la cazuela.
Buscando defectos se pierden afectos.
Buey bien se lame, pero sólo hasta donde le alcance la lengua.
Buenos y malos martes los hay en todas partes.
Cuando la vista se acorta recién se comienza a ver.
Chupá nomás, que otro paga.
Cinco no son montón, pero siete ya lo son.
Cocodrilo que duerme es cartera.
Cada cual habla de la feria según le va en ella.
Carbón que fue brasa, con facilidad se enciende.
Con los pocos años, vienen los engaños, y con los muchos, los desengaños.
Cuando el gato no está, hacen baile los ratones.
Cedazuelo nuevo, tres días en estaca.
Cuando uno anda en la mala, hasta en lo seco resbala.
Cuando el papá o la mamá se van, los hijos aprovechan para hacer de las suyas.
Cada loco con su tema y cada lobo por su senda.
Cuanto más alto subas, más fuerte será el golpe.
Costurera sin dedal cose poco y cose mal.
Cosas pasadas, cosas pisadas.
Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía.
Cada uno cuide su casa y no se meta en la ajena.
Cada carancho en su rancho.
Caer como peludo de regalo.
Cuando engorda el novillo, pide cuchillo.
Cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel.
Corrida de caballo, parada de borrico.
Cuando se agota el pozo se conoce cuánto vale el agua.
Cuanto más se vive más se aprende.
Cavando se saca agua.
Come callado lo que has hallado.
Cuando el amor es fingido en el aire es conocido.
Codicioso y tramposo, los dos al pozo.
Carreta parada no hace jornada.
Cuentas de juego saben a duelo.
Cuídate de perro rabioso y de hombre sospechoso.
Calcule la correntada si es que va a tirarse al agua.
Candil sin mecha, poco aprovecha.
Cuando vos vas yo ya fuí y volví.
Donde se come pan, migas quedan.
Donde se come no se caga.
Donde entran dos pueden entrar tres.
Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires.
Dios los cría y el viento los amontona.
Donde entra el beber sale el saber.
Dime con quien sueñas y te diré con quien no te acuestas.
Da una al clavo y las demás a la herradura.
Dios castiga sin rebenque ni chicote.
Detrás del balde va la roldana.
Dime con quién andas y te diré quién eres
Dios le da pan al que no tiene dientes.
Duele el castigo, pero es buen amigo.
De los escarmentados nacen los avispados.
Dinero que prestaste, enemigo que te echaste.
Dios te dé el doble de lo que me deseas.
Donde hubo fuego cenizas quedan.
De potro sarnoso, caballo hermoso.
Dime con quien irás y te diré qué harás.
De tal tronco tal astilla y de tal rama tal semilla.
Deja la cama temprano y estarás ágil y sano.
Dime qué aire respiras y te diré qué sangre tienes.
De lo oído nada debe ser creído y de lo visto solo la mitad.
Donde manda capitán no manda marinero.
Después de beber, cada uno dice su parecer.
El burro delante para que no se espante.
El que pregunta, no yerra.
El que no cojea, renquea.
El que quiera celeste, que le cueste.
El frío es según las pilchas.
El juego no da ni «pa» camisa.
El mal camino, andarle pronto.
El ofrecer no empobrece.
El que no corre, vuela.
El que no tiene cuchillo, come a tirones.
El que siembra trigo, come galleta.
El que venga atrás que arree.
Es mejor buscar la fuente que seguir la corriente.
Es otro tiento de la misma lonja.
El que entra ganando, sale perdiendo.
El hombre y el oso, cuanto más feo más hermoso.
Es mejor buscar la fuente que seguir la corriente.
El buey lerdo bebe el agua turbia.
El que calla, otorga.
El que duerme en casa ajena, madrugando se levanta.
El que tiene hambre, con pan sueña.
El que más no tiene, con su abuela se entretiene.
Es puro jarabe de pico.
Escoba nueva siempre barre bien.
El vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo.
El que parte y reparte se queda con la mejor parte.
El zorro pierde el pelo pero no las mañas.
El que tiene guita hace lo que quiere.
El que se quema con zapallo, sopla hasta la sandía.
El que entra al galope sale al trote.
El que se acuesta con perros se despierta con pulgas.
En tiempo de guerra cualquier hueco es trinchera.
Entre bueyes no hay cornadas.
El acento suena y el tono envenena.
El que no llora no mama, y el que no afana es un gil.
El varón promete hasta que la mete.
Es la ley del embudo, la más linda con el más boludo.
El tiempo todo lo cura, menos la vejez y la locura.
En la casa que entra el sol, no entra jamás el doctor.
El que se ríe solo es porque se acuerda de sus picardías.
El que mucho escoge, se queda con lo peor.
El que mucho duerme, poco vive.
El chisme agrada pero el chismoso enfada.
El que no te ama, burlando te difama.
En casa del jabonero, el que no se cae, se resbala.
El gallo de arriba siempre caga al de más abajo.
El que a otros les pone trampa es justo que en las mismas caiga.
El diablo nunca duerme pero se hace el dormido cuando le conviene.
El que anda de culo, hasta las bolas arrastra.
El dinero no da la felicidad, pero calma los nervios.
El que quiera huevos, que aguante el cacareo.
Es difícil que el chancho chifle.
El enojo es un mal consejero.
El que siembra abrojos recoge espinas.
El que tenga comezón que se rasque.
El que maltrata a un animal, demuestra mal natural.
En Argentina algunos se resfrían cuando en otro lado estornudan.
El chivo se ríe de las bolas del carnero.
El amor es ciego y el matrimonio devuelve la vista.
El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo.
Flor en el pecho, amor deshecho.
Fiesta sin vino no vale un comino.
Gato gordo no caza ratones.
Gallo que no canta algo tiene en la garganta.
Gallo que canta temprano, ronco amanece.
Hacen falta por lo menos dos para bailar el tango.
Hilo negro: de lejos parece un pendejo.
Hoy adulador, mañana traidor.
Hijo de tigre, overo ha de ser.
Hable mi vecino y tenga mi bota de vino.
Hombre pobre, hiede a muerto.
Hasta lo feo hermosea el deseo.
Hijo de gata, ratones mata.
Herradura que cascabelea, clavo le falta.
Hojas del árbol caído, juguete del viento son.
Jamón y vino añejo estiran el pellejo.
Juego de manos, juego de villanos.

Más refranes populares argentinos

Las armas las carga el diablo y las disparan los boludos.
Lo que no se va en lágrimas se va en suspiros.
Lo que mal comienza, mal acaba.
Le dio palito por mate.
La casa con buen cimiento no teme a ningún viento.
Las apariencias engañan y las suposiciones dañan.
Lo que no mata engorda.
La cruz en los pechos y el diablo en los hechos.
La mujer del ciego, ¿para quién se pinta?
La necesidad tiene cara de perro.
La mejor suerte de los dados es no jugarlos.
La mujer que mucho mira, poco hila.
Lo bueno viene en frasco chico.
La vida es una milonga pero hay que saberla bailar.
La plata llama a la plata.
La mujer y el café ardientes han de ser.
La mujer, mala o buena, más quiero freno que espuela.
Ladino como burro dañino.
Los animales, espejos del ser humano.
La experiencia es un peine que nos dan cuando ya quedamos calvos.
La mona, aunque se vista de seda, mona queda.
Las enfermedades llegan a caballo y se van a pie.
La letra con sangre entra.
La mentira tiene patas cortas.
Loro viejo no aprende a hablar.
Los niños y los locos no callan verdades.
Le dio palito por yerba.
Lo que no fue en mi año, no fue en mi daño.
La jarra nueva, hace el agua buena.
Lo mal adquirido, nunca es lucido.
Lo poco agrada pero lo mucho enfada.
Lo barato cuesta caro.
La confianza mata al hombre y embaraza a la mujer.
La gallina vieja hace el caldo gordo.
Libro prestado, perdido o estropeado.
Los amigos son los hermanos que se eligen.
Más vale trote que dure y no galope que canse.
Más vale malo conocido que bueno por conocer.
Más tira una concha que una yunta de bueyes.
Más vale casa propia que castillo ajeno.
Más es el alboroto que los porotos.
Más vale buena fama que cama dorada.
Más vale maña que fuerza.
Más vale que sobre y no que falte.
Manos frías, amor para un día.
Malacara porque no es tuyo.
Manean más las enaguas que cualesquier boleadora.
Más alegre que día de mate con torta frita.
No busques la quinta pata al gato.
No da el potrillo para botas.
No ensille ajeno, aparcero, sin averiguar la marca.
No estirés mucho las piernas si dormís en catre corto.
No da el potrillo pá botas.
No ensille ajeno, aparcero, sin averiguar la marca.
No hay mujer sin tacha ni petizo sin maña.
No hay dos sin tres.
No es escritor todo el que escribe.
No hay mal que por bien no venga.
Norte claro y sur oscuro, aguacero seguro.
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Nunca afirmes nada sin saberlo primero.
No me echés agua en el vino, que andan gusanos en el río.
Nadie se muere en las vísperas.
No digas lo que no debes, ni preguntes lo que no te importa.
No hay que darle margaritas a los chanchos.
No remontés que no sos barrilete.
No hay tiento que no se corte ni deuda que no se pague.
No dejés para mañana lo que puedes hacer pasado mañana.
No confundir gordura con hinchazón.
Nadie siente su propio olor.
Ni te cases muy ligero, ni te mueras soltero.
Perro porfiado, consigue mendrugo.
Por la plata baila el mono.
Pequeño golpe, no derriba un roble.
Por la cagada se conoce al pájaro.
Pál gaucho de casta todo el mundo es cancha.
Por donde fueres, haz como vieres.
Pan con pan: comida de zonzos.
Palabra de mujer es como renguera de perro.
Pare el carro que hay mucho barro.
Piantá, piojito, que te cacha el peine.
Por el choclo se come el puchero.
Porque te quiero te aporreo.
Puede ser que tronando llueva.
Puro grito como tormenta de verano.
Porque te quiero te aporreo.
Poda tardía y siembra temprano, si erras un año acertarás cuatro.
Por el choclo se come el puchero.
Plata de juego, agua entre los dedos.
Primero están mis dientes que mis parientes.
Plata en mano, culo en tierra.
Para hervir leche y mentir hay que tener muy buena memoria.
Quien tiene tienda, que la atienda; y si no, que la venda.
Quien del alacrán está picado, la sombra le espanta.
Quien siembra vientos, recoge tempestades.
Quien mal hace, bien no espere.
Quien con gatos anda, a rasguñar aprende.
Quien no tiene cabeza para pensar debe tener espalda para soportar.
Quien mucho abarca poco aprieta.
Quien avisa no traiciona.
Quien busca halla, pero no medalla.
Quien con muchacho se echa, cagado se levanta.
Quien se excusa, se acusa.
Quien dispara sin bala, nunca mata.
Quien hace la ley, hace la trampa.
Quien por su gusto padece, pague sus culpas llorando.
Quien dice que nunca miente, está mintiendo.
Quien bien atiende bien aprende, si además de oír, entiende.
Quien tuvo, retuvo.
Quien tiene dolencia, abra la bolsa y tenga paciencia.
Quien hace lo que quiere, hace lo que no debe.
Quien se acuesta cantando, se levanta llorando.
Quien te da la hiel, te da la miel.
Quien es amigo del vino, es enemigo de sí mismo.
Quien alega, no se entrega ni se niega.
Se acabaron los higos, se acabaron los amigos.
Sarna con gusto no pica.
Se le dio vuelta la taba.
Siempre que llovió, paró.
Sin espuelas ni freno, no hay caballo bueno.
Si el arco iris ves al poniente, recoge el arado y vete.
Si querés conservar la dentadura, volá con prudencia y altura.
Siempre se escarba mejor la tierra recién mojada.
Ser el último orejón del tarro.
Si en noviembre truena, la cosecha será buena.
Siempre se escarba mejor la tierra recién mojada.
Si no me agarran al trote, menos será galopando.
Todo tiempo pasado fue mejor.
Todos toman naranjada y el pobre naranjo nada.
Tras el hambre viene el matambre.
Tira más una teta que una carreta.
Toma casa con hogar y mujer que sepa hilar.
Tal amo, tal esclavo.
Tanto gre gre para decir Gregorio.
Tanto tenés tanto valés.
Un tropezón no es caída.
Una de cal y otra de arena y la obra saldrá buena.
Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados.
Unos calientan el agua y otros toman el mate.
Una mano lava la otra y las dos lavan la cara.
Un resbalón cualquiera da en la vida.
Viento del sudeste; lluvia como peste.
Ventajear al ventajero no es pecao para el infierno.
Vale más andar de a pie que con el recao al hombro.

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