Refranes populares dominicanos - Refranes y dichos populares en español

Estos son algunos de los mejores refranes populares dominicanos.

Al que madruga Dios lo ayuda.
A bicho que no reconozcas, no le pises la cola.
Alabanza propia, mentira clara.
A cada necio agrada su porrada.
Amigo reconciliado, enemigo doblado.
A cada cual dé Dios el frío como ande vestido.
A cada cerdo le llega su San Martín.
Alazán tostado, antes muerto que cansado.
A borrica arrodillada, no le dobles la carga.
A cartas, cartas; y a palabras, palabras.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
A buen sueño, no hay cama dura.
Agua que no has de beber déjala correr.
Al que quiera saber, mentiras a él.
Amor de monja y pedo de fraile, todo es aire.
A cada pajarillo agrada su nidillo.
A buey viejo no se le saca paso.
A buena gana de bailar, poco son es menester.
Amigo leal y franco, mirlo blanco.
Al perro más flaco, hasta las pulgas le abandonan.
A buen amigo, buen abrigo.
A cada santo le llega su día.
Alta y esbelta me haga Dios, que rubia y morena ya me haré yo.
A abril alabo si no vuelve el rabo.
A buena mujer, poco freno basta.
A boda y bautizo, no vayas sin ser llamado.
Amorosos juramentos, se los lleva el viento.
A burro negro no le busques pelo blanco.
A buen entendedor, pocas palabras bastan.
A cada parte hay tres leguas de mal camino.
Al que nace barrigón, aunque lo fajen de niño.
Al pobre y al feo todo se le va en deseo.
A buen entendedor, a señas.
A carne de lobo, diente de perro.
A balazos de plata y bombas de oro, rindió la plaza el moro.
A buen capellán, mejor sacristán.
A abad sin ciencia y sin conciencia, no le salva la inocencia.
Amor de asno, coz y bocado.
Amor de mujer y halago de can, no darán si no les dan.
A caballo ajeno, espuelas propias.
Al que entre la miel anda, algo se le pega.
Al mejor nadador se lo lleva el río.
A Dios rogando y con el mazo dando.
Amar y no ser amado es tiempo mal empleado.
A asno lerdo, arriero loco.
A bien obrar, bien pagar.
Amor por interés, se acaba en un dos por tres.
A buey viejo, pasto tierno.
A cada rey su trono.
Al país que fueres, haz lo que vieres.
Amor de niño, agua en cestillo.
Antes de que te cases, mira bien lo que haces.
A caballo regalado no se le mira el diente.
A barba muerta, obligación cubierta.
A caballo grande, grandes espuelas.
Al santo que no me agrada, ni padre nuestro ni nada.
A carnero castrado, no le tientes el rabo.
A bestia comedora, piedras en la cebada.
A buen hambre, no hay pan duro, ni falta salsa a ninguno.
A cada puerta su dueña.
A barriga llena, corazón contento.
Amor, amor, malo el principio y el fin peor.
A cada pez le llega su vez.
Al que le sobre el tiempo, que me lo preste.
A buey viejo no le cates abrigo.
Amigo que no da, y navaja que no corta, si se pierden poco importa.
Amigo es un peso en el bolsillo.
Al médico, confesor y letrado, no le traigas engañado.
Al mal año, entra nadando.
Al que no quiere caldo se le dan dos tazas.
Al malo, lo mejora el palo.
Al mejor cazador se le escapa la liebre.
Al mal panadero hasta la harina le sale negra.
A la casa de tu amigo rico irás siempre requerido, a la del necesitado sin ser llamado.
A casa de tu hermano no vayas de ordinario, y menos si es casado.
A casa de tu hermano no irás cada verano.
A cualquier dolencia, es remedio la paciencia.
A chica cama si queréis remedio, echaos en medio.
Al ave de paso, cañazo.
Al amigo reconciliado, con un ojo abierto y el otro cerrado.
Al maestro, cuchilla presto.
Al hombre pobre, la cama se lo come.
Allá donde el corazón se inclina, el pie camina.
A cada lechón le llega su Navidad.
A falta de manos, buenos son pies.
A la fuerza, ni los zapatos entran.
A Dios se le dejan las quejas, y al diablo las disparejas.
A casa vieja, puertas nuevas.
A fiar lo asesinó el mal pagar.
A la iglesia por devoción, y a la guerra por necesidad.
A cuentas viejas, barajas nuevas.
A chillidos de cerdo, oídos de carnicero.
A un clavo ardiendo se agarra el que se está hundiendo.
Al buen sordo, pedo gordo.
Al hijo malo, pan y palo.
A quien le duele una muela que la eche fuera.
A quien Dios no le dio hijos, el diablo le da sobrinos.
A la luz de la vela, no hay mujer fea.
A la boda del herrero, cada cual con su dinero.
A cordero extraño no agasajes en tu rebaño.
A falta de faisán, buenos son rábanos con pan.
A falta de caballos troten los asnos.
A confite de monja, pan de azúcar.
A la mula vieja, alivia la reja.
A grandes penas, pañuelos gigantes.
A la mujer y al caballo no hay que prestarlos.
A la mesa y a la cama, solo se llama una vez.
A la tercera va la vencida.
A palabras necias, bofetones.
A más años, más desengaños.
Ahora adulador, mañana traidor.
A misa temprano nunca va el amo.
A la mar madera, y huesos a la tierra.
A quien debas contestar, no procures enfadar.
Agua corriente no mata a la gente.
Agua fina saca la espina.
A la mujer casta, Dios le basta.
A todo se acostumbra uno, menos a no comer.
A la vejez, viruelas.
A los enfermos, los sanos les damos saludables consejos.
Abogado de ricos, mal de pobres.
Agua del pozo y mujer desnuda, echan al hombre a la sepultura.
A los locos se les da la razón.
Ahora al bueno le llaman tonto.
A cada pajarillo le gusta su nidillo.
Agua del cielo, no quita riego.
A padre ahorrador, hijo gastador.
A lo hecho, pecho.
A pan de quince días, hambre de tres semanas.
A mala lluvia, buen paraguas.
Agua esperé y tarde sembré, sabe Dios lo que recogeré.
A una mujer bigotuda, desde lejos se saluda.
Buenas ganas, huelgan salsas.
Burra nueva, cincha amarilla.
Buenos ocios, malos negocios.
Burro viejo, poco verde.
Buena y sin engaño, para mi quiero el provecho y para ti el daño.
Barriga llena, corazón contento.
Brilla mucho, cadenita, que tu mojo llega.
Cría cuervos y te sacarán los ojos.
Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana.
Con paciencia y calma se subió un burro a una palma.
Candil muerto, todo es prieto.
Caballo que se empaca, dale estaca.
Caballo comedor, cabestro corto.
Cuatro ojos ven más que dos.
Cena de vino, desayuno de agua.
Capital es capital, lo demás monte y culebra.
Consejo ruin, campana de madera.
Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
Cuarto vale la vaca, y si no hay cuarto, no hay vaca.
Dios los crio y el diablo los juntó.
Dineros pagados, brazos cruzados.
Dios aprieta, pero no ahorca/ahoga.
Donde manda capitán no manda soldado.
Donde acaba el novio, empieza el marido.
Donde no hay de nada todo está.
Donde se mata la vaca, se desuella.
Donde las dan, las toman.
Dime con quien andas/lo que comes y te diré quien eres.
El que mucho abarca poco aprieta.
El burro sabe a quien tumba y el diablo a quien se lleva.
En casa de herrero, azadón de palo.
El que siembra en tierra ajena pierde el fruto y la semilla.
El que viste de lo ajeno en la calle lo desnudan.
El que de su falda corta las nalgas, cortas las nalgas enseña.
El que su caballo vende es porque muerde o patea.
El puerco cimarrón sabe en que palo se rasca.
El hombre precavido vale por dos.
El que da lo que tiene a pedir se queda.
El que mucho se despide pocas ganas tiene de partir.
El que juega con candela, se quema.
El que huye del trabajo, el trabajo le persigue.
Eso no son vientos que tumban palma.
El que tenga rabo de paja no se arrime a la candela.
En río revuelto, ganancia de pescadores.
El que nace para carpintero del cielo le caen los clavos.
El que siembra vientos cultiva tempestades.
El que a hierro mata, a hierro muere.
El que da adelante, da dos veces.
El león no es tan fiero como lo pintan.
Es mejor que sobre y no que falte.
El puerto no se rasca en javilla.
El que quiere azul celeste que le cueste.
En el árbol caído, hasta los perros se mean.
El viajero se conoce por la maleta.
El corazón de la auyama solo lo conoce el cuchillo.
Ese es un negocio de capa perro.
Es mejor para el perro si la perra es bola.
Entre bomberos no se pisan mangueras.
Es mejor caer en gracia que ser gracioso.
El que mucho abarca poco aprieta.
El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones y el del cielo de buenas obras.
El que busca, encuentra.
El mejor pleito es el que no se echa.
En la confianza está el peligro.
Es mejor estar solo que mal acompañado.
El que mucho fía se queda con la bolsa vacía.
El hombre que quiera mujer tiene que gastar.
El que come tayota, bebe cerveza y besa una vieja, ni ha comido ni ha bebido ni ha besado.
El que guarda siempre tiene.
El que se lleva de consejo muere de viejo.
El que debe, paga o ruega.
El que reparte y parte se queda con la mayor parte.
En la confianza está el peligro.
El que me engaña una vez, tonto es; pero si me engaña dos, tonto yo.
El que anda con cojo al año cojea.
El que quiere moños bonitos aguanta jalones.
El que nace para martillo del cielo le llueven clavos.
El que va delante bebe agua limpia.
Es de cabrones perder perlas por andar recogiendo piedras.
El que la sigue, la consigue.
El que nunca ha tenido gallina cree que la mierda es huevo.
El que busca su desgracia, su desgracia ve.
Espaldas vueltas, memorias muertas.
El que no llora, no mama.
El que se ríe del otro, lo mismo le pasará.
El que se fue para Villa perdió su silla.
El que tiene sed busca el agua.
El que no está acostumbrado a bragas, las costuras le hacen llagas.
En mal circo crecen los enanos.
En boca cerrada no entran moscas.
El que mucho aprieta poco abarca.
El dominicano pone candado después que le roban.
En tierra de ciegos, el tuerto es rey.
El mundo critica pero no mantiene.
Grano a grano se llena la gallina el buche.
Guarda pan para mayo y harina para abril.
Hasta el corazón más enamorado se cansa de ser lastimado.
Hierba mala nunca muere.
Hoy por ti y mañana por mí.
Hombre precavido vale por dos.
Hasta los animales saben lo que les perjudica.
Haz el bien sin mirar a quién.
Hijo bueno siempre vuelve a su casa.

Más refranes populares dominicanos

Ladrón que le roba a ladrón, tiene cien años de perdón.
Lo fiao es pariente de lo dao.
Lo que hace con las manos lo desbarata con los pies.
Los dedos de la mano no son iguales.
La que da con mal marido, se le va lo comido por lo servido.
La ocasión hace al ladrón.
Lo que tú no quieres para ti no lo desees para el otro.
Las mujeres son como las naranjas, unas salen dulces y otras salen agrias.
La lengua es el castigo del cuerpo.
La mujer y el aguardiente, de repente.
La yagua que está para uno no se la comen los burros.
Lo barato sale caro.
La mujer como el caballo se busca por la raza.
La necesidad tiene cara de hereje.
La oveja se mama su teta y la ajena.
Llorar no es de pendejos, sino que los sentimientos son verdaderos.
Los tropezones hacen levantar los pies.
Lo cortés no quita lo valiente.
La peor diligencia es la que no se hace.
La avaricia rompe el saco.
Los de delante no van rápido si los de atrás corren mucho.
La que de su falda corta las nalgas, cortas las nalgas enseña.
La necesidad obliga a hacer la diligencia.
Más vale malo conocido que bueno por conocer.
Más cuesta la sal que el chivo.
Más vale pájaro en mano que cientos volando.
Más sabe el que quiere que el que puede.
Madre solo hay una, y padres muchos.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Más claro de ahí no canta un gallo.
Muerto que no hace ruido más grande son sus penas.
No lo pido ni lo goloseo, pero si me lo dan me lo jondeo.
Nadie sabe lo que tiene hasta que no lo pierde.
No bebas agua que no veas, ni firmes cartas que no leas.
No se deja camino real por vereda.
No llores por lo que otro goza.
No ensucies el agua que vas a beber.
No se sabe, dijo el grillo en boca de la gallina.
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
No por mucho madrugar amanece más temprano.
No des consejo a quien no te lo pide.
No hay más sordo, que quien no quiere oír.
No se cambia caballo a la mitad del río.
No es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar.
Nunca muerdas la mano de quien te da de comer.
No hay deuda que no se pague ni plazo que no se cumpla.
No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
No hay atajo sin trabajo.
No hay hierba mala para una vaca hambrienta.
No hay sábado sin sol ni domingo sin resplandor.
Ojos que no ven, corazón que no siente.
Perro ladrador, poco mordedor.
Puerco que no grita, cuchillo con él.
Para canas honradas no hay puertas cerradas.
Paga lo que debes y sabrás lo que te queda.
Pan con pan, comida de tontos.
Patada de yegua no duele.
Pan duro, diente agudo.
Palo doblao no se endereza.
Perro que lame ceniza, no le confíes la harina.
Plátano maduro no vuelve a verde.
Sin oficio no hay beneficio.
Sancocho que usted no vaya a comer, déjelo hervir.
Satanás lo lambió y María lo limpió.
Se coge antes a un mentiroso que a un cojo.
Soñar no cuesta nada.
Tanto da la gotera en la piedra hasta que hace el hoyo.
Todo el mundo es honrado hasta que lo cogen.
Una cosa es cacarear y otra poner huevos.
Unos crían fama y otros cardan la lana.

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