Refranes con la letra e

Estos son algunos de los mejores refranes con la letra e.

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Échate en tu cama y piensa en lo de tu casa.
El abad, de lo que canta, yanta.
El aceite de oliva todo mal quita.
El adinerado nunca en juicio es condenado.
El agua, como buey, y el vino, como rey.
El agua de mi pozo es mejor que la de otro.
El agua hace mal, y el vino hace cantar.
El agua todo lo lava, menos la mala fama.
El águila no se entretiene en cazar moscas.
El alcalde come de balde.
El algo hace al hidalgo, que la sangre toda es bermeja.
El alma triste, en los gustos llora.
El amigo ausente, como si fuese presente.
El amigo más cierto es el dinero.
El amigo y el diente, aunque duelan, sufrirlos hasta la muerte.
El amo de la yegua es amo del potro.
El amor a la mujer echa al hombre a perder.
El amor es ciego.
El amor es loco, pero a muchos vuelve tontos.
El amor es rey, y reina sin ley.
El amor, de necios hace discretos.
El amor destierra la vergüenza.
El amor iguala al vasallo con el señor.
El amor, por los ojos se entra en el corazón.
El amor primero, jamás se olvida; pepita le queda para toda la vida.
El amor tiene razones que la razón no entiende.
El amor todo lo iguala.
El amor todo lo puede.
El amor y los celos son compañeros.
El arañar y el morder es costumbre de mujer.
El arroz, el pez y el pepino, nacen en agua y mueren en vino.
El asno de Arcadia, lleno de oro y come paja.
El avariento, ni pobre ni rico está contento.
El avaro, cuanto más tiene, más quiere.
El avaro, de su oro no es dueño, sino esclavo.
El ave muda no hace agüero.
El bebedor fino, a sorbitos bebe el vino.
El beso abre la puerta, y para lo demás ya queda abierta.
El bien anda, y el mal corre.
El bien no es conocido hasta que es perdido.
El bien o el mal a la cara sal.
El bien suena y el mal vuela.
El bien viene andando; el mal, volando.
El bien, buscarlo, y el mal, esperarlo.
El bien y el mal andan revueltos en un costal.
El borracho, aunque turbio, habla claro.
El bromear, ligerito y sin agraviar.
El buen alimento cría entendimiento.
El buen alimento hace joven al viejo.
El buen amigo, hasta que se pierde no es bien conocido.
El buen cirujano corta por lo sano.
El buen discípulo pasa al maestro.
El buen gitano no hurta en su barrio.
El buen huésped con poco se contenta; al ruin poco le basta.
El buen marido, huerfanito.
El buen material hace al buen oficial.
El buen paño, en el arca se vende.
El buen pastor esquila las ovejas, pero no las despelleja.
El buen perfume se vende en frasco pequeño.
El buen saber es callar, hasta ser tiempo de hablar.
El buen seso huye de todo exceso.
El buen trigo hace el pan bueno.
El buen vino no ha menester pregonero.
El buen vino se ha de beber en cristal fino.
El bueno come lechugas, y el malo come pechugas.
El bueno no ha menester aplauso ajeno.
El buey bravo, en tierra ajena se hace manso.
El buey sin cencerro, piérdese presto.
El buey suelto bien se lame.
El burro (por) delante, para que no se espante.
El caballo, al mozo hace loco, y al viejo, mozo.
El caldo, en caliente; la injuria, en frío.
El callar y el hablar no caben en un lugar.
El caminar aplace poco cuando se camina solo.
El camino del infierno está lleno de buenas intenciones.
El camino largo, corto el paso.
El candil sin mecha, poco aprovecha.
El cardo que ha de picar, luego nace con espinas.
El casado casa quiere.
El casado descontento siempre vive con tormento.
El casado quiere casa, y costal para la plaza.
El casamiento y el melón, por ventura son.
El caudal de la labranza, siempre rico de esperanza.
El cebo es el que engaña, que no el pescador ni la caña.
El cobarde, de su sombra ha miedo.
El comer mató a muchos; el hambre a casi ninguno.
El comer y dormir, no quiere prisa.
El comer y el rascar, todo es empezar.
El conejo ido, el consejo venido.
El consejo de la mujer es poco y el que no lo toma es loco.
El consejo no es bien recibido, donde no es pedido.
El corazón engaña a los viejos.
El corazón no habla, mas adivina.
El corazón no miente a ninguno.
El corazón y los ojos siempre son mozos.
El cornudo es el postrero que lo sabe.
El cuerdo no ata el saber a estaca.
El dar es honor; el pedir, dolor.
El dar y el tener, seso ha menester.
El deber y no pagar es tan antiguo como el mear.
El desdén, con el desdén.
El deseo vence el miedo.
El día de placer, víspera de pesar.
El día que me casé, buena cadena me eché.
El día que te casas, o te curas o te matas.
El diablo cojo sabe más que el otro.
El diablo, harto de carne, se metió a fraile.
El diablo no duerme.
El diente y el amigo, sufrirlo, con su dolor y vicio.
El dinero del avaro, dos veces va al mercado.
El dinero del pobre, dos veces se gasta.
El dinero, del que lo afana; y la honra, del que la gana.
El dinero del tonto se escurre pronto.
El dinero en la bolsa, hasta que no se gasta, no se goza.
El dinero es para contarlo, y las llaves para guardarlo.
El dinero hace al hombre entero.
El dinero hace bailar al perro.
El dinero hace caballero.
El dinero hace lo malo bueno.
El dinero no tiene olor/(re)conoce dueño.
El dinero se ha hecho redondo para que ruede.
El dinero y el amor y el cuidado, no puede estar disimulado.
El dinero y los cojones/calzones para las ocasiones.
El discreto habla poco, y mucho el loco.
El enamorado y el pez, frescos han de ser.
El envidioso, por verte ciego, se saltaría un ojo.
El errar es humano, el perdonar, divino.
El escarmentado, bien conoce el vado.
El estiércol no es santo, mas do cae hace milagro.
El exceso de virtud es defecto.
El fin del placer es principio del pesar.
El fin justifica los medios.
El fruto prohibido es el más apetecido.
El ganar es ventura y el ahorrar cordura.
El gato escaldado del agua caliente huye.
El gato maullador, nunca buen cazador.
El golpe de la sartén, si no duele, tizna bien.
El gozo comunicado, crece.
El hábito hace al monje.
El hábito no hace al monje.
El hacer bien nunca se pierde.
El hambre agudiza el ingenio.
El hambre echa al lobo del monte.
El hambre es mala consejera.
El hambre no encuentra peros al condimento.
El hermano, para el día malo.
El hijo de la cabra, cabrito ha de ser.
El hijo de la gata, ratones mata.
El hombre a quien muchos temen, a muchos ha de temer.
El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
El hombre es fuego; la mujer, estopa; llega el diablo y sopla.
El hombre es un lobo para el hombre.
El hombre mezquino, después que ha comido, ha frío.
El hombre muere, pero su obra vive y permanece.
El hombre propone, y Dios dispone.
El hombre prudente mira bien lo que promete.
El hombre ruin, lo es hasta su fin.
El hombre y el oso, cuanto más feo, más hermoso.
El horno por la boca se calienta.
El huésped y el pez, a los tres días hiede.
El humo y la mujer y la gotera, echan al hombre de su casa fuera.
El ignorante es poco tolerante.
El infierno está empedrado de buenas intenciones.
El infierno está lleno de buenos deseos, y el cielo de buenas obras.
El invierno no es pasado mientras abril no es terminado.
El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones.
El joven libidinoso, se hace viejo pronto.
El labrador antes sin orejas que sin ovejas.
El llanto alivia el quebranto.
El llanto, sobre el difunto.
El lloro de la mujer, no es de creer.
El lloro del que hereda de gozo revienta.
El lobo, do mane, daño no hace.
El lobo hace entre semana, porque el domingo no va a misa.
El lobo, harto de carne, se mete a fraile.
El lobo muda el pelo, mas no el celo.
El lobo pierde los dientes, mas no las mientes.
El lobo viejo a la tarde aúlla.
El loco, por la pena es cuerdo.
El maestro Ciruela, que no sabía leer y puso escuela.
El mal ajeno, del pelo cuelga.
El mal camino, pasarlo pronto.
El mal cobrador hace mal pagador.
El mal del milano, las alas quebradas y el pico sano.
El mal entra a brazadas y sale a pulgaradas.
El mal entra como loco, y sale poco a poco.
El mal llama al mal.
El mal nunca hace buen barragán.
El mal, para quien lo fuere a buscar.
El malo, para mal hacer, achaques no ha menester.
El malo siempre piensa engaño.
El mandar no quiere par.
El martillo de plata rompe las puertas de hierro.
El más fuerte teme la muerte.
El mayor aborrecimiento, en el amor tiene su cimiento.
El médico, mal se cura a sí mismo.
El médico, viejo, y el barbero, joven.
El médico y el confesor, cuanto más viejos, mejor.
El mejor amigo, un perro.
El mejor caminar es no salir de casa.
El mejor camino, el recto.
El mejor escribano echa un borrón.
El mejor halago es que lo imiten a uno.
El mejor lance de los dados es no jugarlos.
El mejor maestro de espada muere a manos del que no sabe nada.
El mejor marido, el que más ha corrido.
El mejor nadar es guardar la ropa.
El mejor pescado es el de prado.
El mejor remedio es procurar siempre el medio.
El melón, por el pezón.
El melón y el casamiento, acertamiento.
El melón y el queso, tómalo a peso.
El melón y la mujer, malos son de conocer.
El mentiroso ha de ser memorioso.
El mentir pide/quiere memoria.
El mentir y compadrar, ambos andan a la par.
El miedo abulta las cosas.
El miedo es mal compañero.
El miedo guarda la viña.
El miedo quita la memoria.
El miserable y el pobre lo pagan doble.
El molinero velando gana, no estándose en la cama.
El movimiento se demuestra andando.
El mozo perezoso, por no dar un paso, da ocho.
El mozo y el gallo, un año.
El mucho bien hace mal.
El mucho ofrecer y el poco dar, juntos suelen andar.
El mucho temor impide la lengua.
El mucho vino saca a hombre de tino.
El muerto al hoyo y el vivo al bollo.
El mundo es un pañuelo.
El necio es atrevido y el sabio comedido.
El necio habla recio; y el sabio habla quedo.
El necio hace al fin lo que el discreto al principio.
El niño, por su natural, nace inclinado al mal.
El nombre sigue al hombre.
El oficio quita el vicio.
Elogio de enemigo es oro fino.
El ojo del amo engorda el caballo.
El ojo, límpialo con el codo.
El oro hace poderosos, pero no dichosos.
El pan caliente, mucho en la mano y poco en el vientre.
El pan comido, la compañía deshecha.
El peligro pasado, el voto olvidado.
El peligro que no se teme, más presto viene.
El pensar, despacio; el obrar, rápido.
El peor testigo, el que fue tu amigo.
El pequeño mal espanta y el grande amansa.
El perezoso, siempre es menesteroso.
El perfecto holgazán, cómese su capa por no trabajar.
El perro con rabia, a su amo muerde.
El perro del hortelano, que ni come ni deja comer.
El perro que más corre no es el que más caza.
El perro viejo, si ladra, da consejo.
El pescador de caña más come que gana.
El pescar con caña quiere paciencia y maña.
El pez a oler mal empieza, por la cabeza.
El pez, en el agua y el herrero, en la fragua.
El pez grande se come al chico.
El pez que busca anzuelo, busca su duelo.
El pie del dueño, estiércol es para la heredad y el huerto.
El placer no comunicado no es placer.
El pobre que pide pan, toma carne si se la dan.
El pobre y el cardenal, todos van por igual.
El poeta nace, no se hace.
El premio estimula el ingenio.
El primer paso es el que cuesta.
El principio es la mitad del fin.
El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
El que adelante no cata, atrás se halla.
El que a larga vida llegó, mucho mal vio.
El que a los treinta no asesa no compra dehesa.
El que al cielo escupe en la cara le cae.
El que algo debe, no reposa como quiere.
El que algo quiere algo le cuesta.
El que algo teme algo debe.
El que amenaza, pierde la ocasión de la venganza.
El que avisa no es traidor.
El que busca halla.
El que calla, otorga.
El que come las duras, coma las maduras.
El que come y canta algún sentido le falta.
El que comió la carne, roa los huesos.
El que compra y miente, en su bolsa lo siente.
El que da lo que tiene no se le puede pedir más.
El que desecha la yegua, ése la lleva.
El que dice la verdad, ni peca ni miente.
El que en casarse acierta en nada yerra.
El que engaña, engañado se halla.
El que en mentira es cogido, cuando dice verdad no es creído.
El que en sí confía, yerra cada día.
El que es gato siempre maúlla.
El que espera, desespera.
El que está en el lodo, querría meter a otro.
El que está en muchos cabos, está en ninguno.
El que la hace, la paga
El que la sigue, la consigue.
El que larga vida vive, mucho mal ha de pasar.
El que las sabe, las tañe.
El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho
El que ley establece, guardarla debe.
El que madruga coge la oruga.
El que mal vive, poco vive.
El que más habla es el que más tiene que callar.
El que mucho corre, pronto para.
El que nace lechón, muere cochino.
El que nace para medio nunca llega a real.
El que nace para mulo del cielo le cae el arnés.
El que no cojea, renquea.
El que no corre, vuela.
El que no duda, no sabe cosa alguna.
El que no llora, no mama.
El que no quiera polvo, que no vaya a la era.
El que no sabe, tanto es como el que no ve.
El que no se consuela es porque no quiere.
El que no tiene casa de suyo, vecino es de todo el mundo.
El que no trabaja, no come.
El que paga lo que debe, lo que le queda es suyo, y eso tiene.
El que parte y reparte se queda con la mejor parte.
El que poco tiene, poco se precia.
El que por mentiroso es tenido, aunque diga verdad no es creído.
El que pregunta no yerra, si la pregunta no es necia.
El que primero llega, ese la calza.
El que puede esperar, todo lo viene a alcanzar.
El que puede y no quiere, cuando él querrá no podrá.
El que quiera peces que se moje el culo.
El que regala bien vende si el que recibe lo entiende.
El que ríe el último, ríe mejor.
El que rompe, paga.
El que se casa, por todo pasa.
El que se fue a Sevilla, perdió su silla.
El que sigue la caza, ese la mata.
El que solo come su gallo, solo ensilla su caballo.
El que te unta los cascos, ese te los quiebra.
El que tiene boca, se equivoca.
El que tiene capa, escapa.
El que tiene el tejado de vidrio, no tire piedras al de su vecino.
El que tiene padrino, se bautiza.
El que tiene un tío en Alcalá, ni tiene tío ni tiene ná.
El que todo lo quiere vengar, presto quiere acabar.
El que tropieza y no cae, adelanta camino.
El que tuvo, retuvo.
El que va para martillo, del cielo le caen clavos.
El que venga detrás, que arree.
El remedio puede ser peor que la enfermedad.
El rey entra como puede y reina como quiere.
El rey que rabió, y llevaba la manta arrastrando.
El rico solo ayuda a quien le adula.
El rosario al cuello, y el diablo en el cuerpo.
El ruin, cuanto más le ruegan, más se ensancha/mientras más le ruegan, más se extiende.
El ruin de Roma, en mentándole luego asoma.
El saber causa hartura.
El saber no ocupa lugar.
El sabio siempre quiere aprender, el ignorante siempre quiere enseñar.
El salir de la posada es la mejor jornada.
El sastre del campillo, que cosía de balde y ponía el hilo.
El ser señor no es saber; mas eslo el saberlo ser.
El seso les sorben las mujeres a los hombres.
El sí a muchos dañó, y a ninguno el no.
El sueño y la muerte, hermanos parecen.
El teñirse el hombre cano, no le quita años.
El tiempo aclara las cosas.
El tiempo cura al enfermo, que no el ungüento.
El tiempo es oro.
El tiempo es padre de la verdad.
El tiempo lo cura todo, o lo pone de lodo.
El tiempo lo dirá.
El tiempo perdido no se recupera.
El tiempo pone a cada uno en su sitio.
El tiempo todo lo cura (y todo lo muda).
El tonto, nace; y el sabio, se hace.
El tramposo presto engaña al codicioso.
El último mono es el que se ahoga.
El uso hace maestro.
El varón, varón se sea, la mujer estése queda.
El verdadero amor no admite división.
El vicio turba el juicio.
El vidrio y la honra del hombre no tiene más que un golpe.
El viejo miente en su tierra y el mozo en la ajena.
El viejo muda el consejo, mas el mozo persevera.
El viejo, olvida lo reciente y recuerda lo añejo.
El viejo que casa con niña, uno cuida la cepa y otro la vendimia.
El viejo que se cuida, cien años dura.
El viento que corre muda la veleta, mas no la torre.
El vientre ayuno no oye a ninguno.
El vino da fuerzas, y el agua las quita.
El vino y el baile, por la tarde.
El vino y la enemistad descubren la verdad.
El vino y la mujer, el juicio hacen perder.
El vulgo no perdona las tachas a ninguno.
El zapatero, juzgue de su oficio y deje al ajeno.
En abril, aguas mil; en mayo, tres o cuatro.
En acabóse la plata, el amor se desbarata.
En amores, los que huyen son vencedores.
En año caro: harnero espeso y cedazo claro.
En año malo, todos los días son largos.
En arca abierta, el justo peca.
En arca de avariento, el diablo yace dentro.
En beber y en comer, tiento has de tener.
En boca cerrada, no entran moscas.
En boca mellada no entran novios.
En buenas manos está el pandero.
En burlas ni en veras, con tu señor no partas peras.
En cada casa hay su calla, calla.
En cada casa su costumbre.
En cada legua hay un pedazo de mal camino.
En cada tierra su uso.
En cama extraña mal se juntan las pestañas.
En casa bien regida, no hay pobreza conocida.
En casa del ahorcado, no mientes la soga.
En casa del bueno, el ruin cabe el fuego.
En casa del cerero nadie se acuesta a oscuras.
En casa del gaitero, todos son danzantes.
En casa del herrero, cuchillo de palo.
En casa del pobre, dura poco la alegría.
En casa del pobre, el que no trabaja, no come.
En casa del tuhur poco dura la alegría.
En casa de tu enemigo, la mujer ten por amigo.
En casa de vecindad, no muestres tu habilidad.
En casa llena, presto se guisa la cena.
En caso de duda, la mujer la viuda.
En chica cama y en largo camino se conoce el buen amigo.
En chico cuerpo, mucha alma cabe.
En comunidad, no muestres/luzcas tu habilidad.
En consejas, las paredes han orejas.
En consejo de bellacos, razonamiento de trapos.
En consejos, oye a los viejos.
En contienda, ponte rienda.
En creciendo los favores, luego crecen los dolores.
En cualquier dolencia el remedio es la paciencia.
En cuanto digo y hago, pierdo un bocado.
En diciembre, leña y duerme.
En diciendo las verdades, se pierden las amistades.
En el buen paño cae la mancha.
En el justo medio está la virtud.
En el mejor vino hay heces.
En el mundo entero no hay quien no tenga un pero.
En el país de los ciegos, el tuerto es rey.
En el pecado lleva/va la penitencia.
En el río que no hay peces, por demás es echar redes.
En el servicio del criado está el galardón del señor.
En el término medio está la virtud.
En enero, el día al sol y la tarde al brasero.
En enero, ni galgo lebrero ni azor perdiguero.
En esta vida caduca el que no trabaja no manduca.
En esta vida no hay dicha cumplida.
En este mundo cansado, ni bien cumplido ni mal acabado.
En estómago de pobre, todo cabe.
En febrero busca la sombra el perro.
En gran peligro, mejor es el hermano que el amigo.
En gustos no hay disputa.
En hablar y hacer fuego se parece el que es discreto.
En hora buena vengáis, mayo, el mejor mes de todo el año.
En hora buena vengas, mal, si venís solo.
En hora chiquita, sol y sombrita.
En la banca del bueno caben muchos.
En la barba del necio, todos aprenden a rapar.
En la boca del discreto, lo público es secreto.
En la boda, quien menos come es la novia.
En la casa del buen amo vive y muere el buen criado.
En la casa del cura siempre hay hartura.
En la casa donde hay dinero, no debe haber más que un cajero.
En la casa, el hombre reina, y la mujer gobierna.
En la confianza está el peligro.
En la duda, echar por en medio.
En la guerra y en el amor, todo vale.
En la mesa de San Francisco, donde comen cuatro comen cinco.
En la mesa y en el juego, se conoce al caballero.
En la mucha necesidad, se conoce al amigo de verdad.
En las grandes afrentas se conocen los grandes corazones.
En la tardanza está el peligro.
En la variedad está el gusto.
En la viña de mi vecino tengo yo un liño.
En lo llano tropieza el caballo.
En lo que no se pierde nada, siempre algo se gana.
En lo que no te toca, punto en boca.
En lo que no te va ni te viene, ni salgas ni entres.
En los nidos de antaño, no hay pájaros hogaño.
En luengo camino, paja pesa.
En mal de muerte no hay médico que acierte.
En manos está el pandero, de quien lo sabrá tañer.
En martes, ni te cases ni te embarques.
En martes, ni tu casa mudes, ni tu hija cases, ni tu ropa tajes.
En mi casa mora quien ríe y llora.
En moda y en flor, lo que siente mejor.
En Navidad, al balcón; en Pascua, al fogón.
En ningún sitio atan los perros con longaniza.
En octubre, el hogar de leña cubre.
En octubre, la tierra estercola y cubre.
En pleito claro no es menester letrado, en oscuro no hay ninguno.
En poco se tiene lo que presto se obtiene.
En porfías bravas, desquícianse las palabras.
En río manso no metas tu mano.
En río quedo no metas tu dedo.
En ruin ganado poco/no hay que escoger.
En su casa, hasta el culo descansa.
En tiempo de higos no hay amigos.
En tiempo de melones, cortos los sermones.
En tiempo de tribulaciones no hacer mudanza.
En tiempos de guerra, cualquier hoyo es trinchera.
En tierra ajena, el pollo le pica al gallo en la cresta.
En tierra ajena, la vaca al buey acornea.
En tierra ajena se pasa mal con menos vergüenza.
En todas partes cuecen habas.
En tu casa no tienes sardina, y en la ajena pides gallina.
En turbia cuenta, lo mismo da ocho que ochenta.
Encender una vela a Dios y otra al diablo.
Encogerse como gallinas en corral ajeno.
Encontró con horma de su zapato.
Encuéntranse los hombres, y no los montes.
Enamorado y loco, lo uno es lo otro.
Enemigos del placer, sospechar y temer.
Enemigos excusados llamamos a los criados.
Enemigos grandes: vergüenza y hambre.
Engañar al engañador, no hay cosa mejor.
Enmiendo, porque soy de carne y hueso.
Enseñando, se aprende.
Ensuciándose las manos, se puede hacer uno rico.
Entiende primero y habla postrero.
Entre amar y aborrecer, poco trecho suele haber.
Entre amigos estamos, pero mi capa no aparece.
Entre amigos no hay cumplidos.
Entre amigos, quien más pone más pierde.
Entre amigos verdaderos, no se miran los dineros.
Entre amigos y soldados cumplimientos son excusados.
Entre bobos anda el juego, y eran todos fulleros.
Entre bueyes no hay cornadas.
Entre col y col, lechuga.
Entre dinero y honor, el dinero es lo mejor.
Entre dos amigos, un notario y dos testigos.
Entre dos muelas cordales, nunca metas tus pulgares.
Entre dos que se quieran con uno que coma basta.
Entre el honor y el dinero, lo importante es lo primero.
Entre gitanos no se dice la buenaventura.
Entre hermano y hermano, dos testigos y un escribano.
Entre la cuna y la sepultura no hay cosa segura.
Entre mayo y abril, o viene el cuco o viene la fin.
Entre padres e hijos, hay litigios.
Entre padres y hermanos, no metas las manos.
Entre pillos anda el juego.
Entre santa y santo, pared de cal y canto.
Entre todos la mataron y ella sola se murió.
Entre una gorra y un quinto no apareció la verdad.
Envidia, del vivo; de los muertos, olvido.
Envidia, ni tenerla ni temerla.
Éramos pocos, y parió la abuela.
Errando, errando, se va acertando.
Errando se aprende a herrar.
Errar por amar, se ha de disculpar.
Es buena noticia el que no las haya.
Es de bien nacidos ser agradecidos.
Es dichoso el que puede y no el que quiere.
Es la gota que desborda el vaso.
Es lavar la cabeza del asno perder la lejía y el trabajo.
Es llevar agua a la mar, dar adonde hay mucho más.
Es mala señal cuando no se siente el mal.
Es más cierto médico el experimentado que el letrado.
Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.
Es muy fácil engañar a quien no sabe mentir.
Es pedir peras al olmo, que no las suele llevar.
Es peor el remedio que la enfermedad.
Escapé del trueno y di en el relámpago.
Escarba la gallina y halla su pepita.
Escoba nueva barre bien.
Escoger y acertar no siempre van a la par.
Escucha al agujero y oirás tu mal y del ajeno.
Escudero pobre, taza de plata y olla de cobre.
Ese cómo yo me lo como, y ese cuándo yo me lo callo.
Ese es bueno, que no puede ser malo.
Ese es rey, el que no ve rey.
Ese es rico de vero, que con lo suyo está contento.
Ese te comas, y yo, palomas.
Ese tiene ventura, que la procura.
Eso no hagas que no sufre testigo.
Eso se hace, lo que a Dios place.
Eso ya está mandado recoger.
Eso y nada, todo es nada/uno.
Espada y mujer, ni darlas a ver.
Espantóse la muerta de la degollada cuando la vio tan desgreñada.
Esperanza me consuela, que no muera.
Está el mundo para dar un estallido.
Está en medio del río, y muérese de sed el mezquino.
Esta novia se lleva la flor, que las otras no.
Estas son lentejas, si quieres las comes, y si no las dejas.
Estómago con hambre, no escucha a nadie.
Esto y nada, todo es nada.
Estudiante pascuero, tarde será bueno.
Excusa no pedida, acusación manifiesta.
Explicación no pedida, malicia arguye.
Extremo es creer a todos, y yerro no creer a ninguno.

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